Base de la universidad más antigua del mundo, Fez fue fundada en el siglo IX y alcanzó su mayor apogeo bajo la dinastía de los merinidas hasta el siglo XIV, donde se convirtió en la capital del reino, sustituyendo a Marrakech. El núcleo urbano y los principales monumentos de su medina tienen su origen en este periodo. En 1912, Fez dejó de ser la capital del Reino de Marruecos en favor de Rabat, sin embargo, actualmente sigue conservando su condición de capital cultural y espiritual del país.
La zona más antigua de la ciudad alberga más de 300 barrios y 9000 laberínticas callejuelas, ademas de tener callejones sin salida y zocos allá donde vamos, un laberinto hecho ciudad.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco siendo una de las ciudades medievales más importantes del planeta. Hay variedad de opiniones sobre esta ciudad, pero todas coinciden que es una ciudad maravillosa y peculiar. Por momentos las calles están abarrotadas de gente y productos tanto que causan sensación de pánico, y de repente con solo doblar en una esquina llegamos al desierto y no nos cruzamos con nadie.
¿Que ver en la ciudad laberinto?
La ciudad laberinto está acorazada por los 14 kilómetros de murallas de adobe que perfilan sus colinas, un enredo, un lío, una maraña, todos estos calificativos pero de una manera sorprendente y acogedora. Fez es una ciudad para recorrer sin rumbo y dejarse guiar por la curiosidad. Es imposible aburrirse, siempre hay algo para ver, tiendas, artesanos, textiles, verduras, músicos, mezquitas, artistas y todo tipo de productos. En esta urbe, el tiempo no pasa, parece que todo se mantiene como aquella ciudad que un día fue el motor del mundo árabe.
En sus calles el aroma a especias, a hierbabuena, a pan recién hecho, se concentra junto a una multitud de personas que conforman el centro peatonal más grande del planeta. Los coches no es que estén prohibidos por sus entrañas de traza medieval, es que literalmente no caben. pesar de su apariencia caótica, la Medina se organiza de forma gremial, de modo que uno puede ir identificando las zonas según su tradición industrial: sederías, curtidurías, caldererías, zocos…
El gran arco azul de Bab Bou Jeloud da paso a un laberinto de calles sinuosas limitado por los muros que antiguamente marcaban los lindes de Fez, una ciudad que durante un corto periodo fue considerada la más grande del mundo y dónde la influencia bereber y árabe-andaluza que trajo la reconquista de la península. Se da por bueno que suman más de 10.000 los callejones, callejuelas y oscuros pasadizos a menudo sin salida que zigzaguean por Fez.
El número 5 y su reflejo en la sociedad musulmana
Tras sus fachadas deslucidas se esconden inesperados palacios alrededor de patios y fuentes y, si se presta atención, por todas partes aparece un símbolo, un número, el número cinco. Mahoma así lo estableció cuando dijo «El Islam se fundamenta en cinco pilares: Atestiguar que no hay otra divinidad con derecho de ser adorada, sino Dios, y que Muhammad es el Mensajero de Dios, observar las oraciones, pagar el zakat, ayunar en Ramadán y peregrinar a la Casa (Ka’aba) si se cuenta con los medios»
El número sagrado para los musulmanes, ¿A qué se debe esto? Los musulmanes tiene 5 obligaciones esenciales del islam:
- Fé
- Oración
- Ayuno en Ramadán
- Limosna a los más necesitados
- Peregrinación a la Meca
También son cinco las veces que, marcando el ritmo del día, los musulmanes son llamados al rezo desde lo alto de los alminares. La propia Fez se conforma entera alrededor de cinco círculos que marcan su apariencia.
Visitando Fez con un guía
Utilizar a un guía en la ciudad laberinto hará que no tengamos que temer a extraviarnos y perdernos alguno de los secretos que la ciudad tiene guardado para nosotros:
- las plazas Nejjarine y Seffarine
- las escuelas coránicas de Bou Inania y El Attarine
- el Mellah o barrio judío,
- Palacio Real
En Fez, el verdadero espectáculo está en la calle, no necesitamos a alguien que nos explique que ver en Fez. Con Fez no hay mapa que valga y más vale entender desde el principio que el verdadero placer será perderse. Eso sí, antes de franquear alguna de las monumentales puertas que dan acceso a la medina, conviene haber aprendido a reconocer la palabra “belek”, es decir, “cuidado”, no porque el lugar sea peligroso sino porque, al escuchar este grito en medio de un callejón atestado, habrá que pegarse a la pared de inmediato para no ser arrollado, mejor apartarse y dejar que los carros de artesanos prosigan su camino.
El arte del regateo
Fez presume, y con razón, de despachar la mejor artesanía de Marruecos y de ser una de sus ciudades donde mejor se han preservado los oficios de antaño. El precio dependerá de la calidad, que puede variar enormemente de una pieza a otra, por ello tendremos que trabajar nuestro arte de la negociación con los vendedores, y tratar de reducir al máximo el precio de los artículos, no es difícil volverse loco y querer comprar todo lo que veamos en sus calles, ya que los productos que aquí se ofrecen son auténticas maravillas.