Si estas pensando en hacer un viaje a Portugal, no puedes obviar uno de los lugares más emblématicos de su capital, la Torre de Belém, también escrita en algunos lugares como la torre de Belén,
Esta peculiar torre se encuentra situada en la desembocadura del río Tajo, en el barrio de Santa Maria de Belém al suroeste de Lisboa, tras defender la ciudad durante más de un siglo, se convirtió en centro aduanero y faro. Se encuentra situada muy cerca del Monasterio de los Jerónimos.
Su construcción fue iniciada en 1516, bajo el reinado de Manuel I de Portugal (1495-1521). Obra de Francisco de Arruda, es uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura manuelina. A partir de la década de 1580, los almacenes fueron utilizados como calabozos donde se alojaron conocidos presos políticos.
El estilo manuelista
Arquitectónicamente, el monumento tiene las influencias islámicas y orientales, que caracterizan el estilo manuelino. Este estilo es una variación portuguesa del estilo gótico final, así como del arte luso-morisco o mudéjar, marcado por una sistematización de motivos iconográficos propios, de gran porte, simbolizando el poder regio. Incorporó, más tarde, ornamentaciones del Renacimiento italiano.
La decoración exterior muestra los aspectos típicos de este arte: paredes desnudas , cuerdas esculpidas en piedra, galerías abiertas, torres de vigilancia en estilo mozárabe y almenas en forma de escudos decoradas con esferas armilares, la cruz de la Orden de Cristo y elementos naturalistas referidos a los descubrimientos de ultramar.
Las obras a cargo de Arruda, el cual ya tenía experiencia en construcciones defensivas y bajo la dirección de Boitaca, quien por esos días dirigía la construcción del vecino Monasterio de los Jerónimos de Belém.
El interior de la Torre de Belém
Sala del Gobernador: Nada más acceder a la planta baja encontraréis 16 ventanas con cañones defensivos y también podréis visitar los fosos y huecos por donde tiraban a los prisioneros.
La torre en sí tiene cinco pisos y termina en una terraza. Las plantas se comunican únicamente por una pequeña escalera de caracol en la que, en los días más ajetreados, tendréis que hacer turnos para subir y bajar y es algo agobiante. Las plantas son, de abajo a arriba
- Sala del Gobernador: Donde se encuentran los accesos a las torres de vigilancia
- Sala de los Reyes: Destaca su techo elíptico y una chimenea decorada
- Sala de Audiencias: Desde sus ventanas de aprecia la terraza del baluarte.
- Capilla: La sala de oratorios, en ella se muestran los símbolos más significativos del manuelismo.
- Terraza: Desde lo alto de la torre puede observarse el estuario del río Tajo, la Capilla de San Jerónimo, el Monasterio de los Jerónimos y el Monumento de los descubrimientos.
La gárgola del rinoceronte
Sobre la fachada oeste destaca la curiosa figura de un rinoceronte, un elemento decorativo que se sale de lo habitual. La figura esta inspirada en un rinoceronte que, junto a un elefante, llegaron en 1515 a Lisboa como regalo al rey Manuel I de parte del gobernador de las Indias Alfonso de Alburquerque. Se dice que fue el primer rinoceronte que ha visitado Portugal.
El animal fue tan popular en aquellos días que no solamente se incluyó su figura en la decoración de la Torre de Belém, sino supuso una inspiración al pintor alemán Alberto Durero, quien jamás vio un rinoceronte, pero que realizó la famosa xilografía conocida como Rinoceronte de Durero.
En la actualidad, la torre es uno de los monumentos más importantes y representativos de la ciudad de Lisboa y de todo Portugal, con gran afluencia de turistas durante todo el año. En 2016 recibió más de 500.000 visitantes.